domingo, 10 de octubre de 2010

La rapiña franquista

Millones de personas sufrieron entre 1936 y 1945 la rapiña del fascismo en toda Europa. Muchos no pudieron recuperar su patrimonio porque murieron o porque simplemente no pudo ser encontrado. Pero en todos los países se declaró ilegal el expolio menos en España, donde permaneció y permanece sin reparar. Es algo realmente inaudito y una indecencia para un país que se considera democrático. 
Este artículo de público lo explica con más detalle, recomiendo su lectura:

Rafael F. Vázquez, párroco de la antigua población de Guájar, en Granada, traza un semblante crudo de la acusada. "Profesa ideas avanzadas", afirma. La suerte de Dolores Mancilla, de profesión sus labores, ya está echada. Pero la apuntala el guardia civil Miguel Aguilera:"Pésima conducta. Votó siempre que fue necesario al Frente Popular". El Tribunal de Responsabilidades Políticas no necesita más para decretar la incautación de sus bienes: tres camas, casa y plantación de almendros. La multa es de 500 pesetas. Seguir leyendo

viernes, 26 de febrero de 2010

Reconocimiento a los héroes de la nueve

Quizá la entrada en París aquel 24 de Agosto de 1944 no fue la acción más heroica de estos soldados. El Norte de Árica y el asalto de Reich costaron muchas más bajas y requirieron mucho más esfuerzo y sacrificio. Pero entrar los primeros en la capital francesa es, como mínimo, un hecho histórico.

Pero han tenido que pasar setenta y seis años para recibir el reconocimiento por este hecho. El día 25 de Febrero, el Ayuntamiento de París decidió hacerlo podéis ver la noticia en este enlace.


http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=690431&idseccio_PK=1007

La mayoría de los miembros de la 9ª Compañía del 3º Regimiento de Marcha del Chad, inscrito en la 2ª División Blindad Francesa han muerto. Pero, como dice el refrán: Nunca es tarde cuando la dicha es buena.

Los republicanos españoles tuvieron un papel importante en la liberación de Europa. Formaron parte de ejércitos regulares como el inglés o el francés y también de milicias y grupos de resistencia.

Muchos perdieron la vida en los combates o en los campos de exterminio. Después, tras la caída de Alemania, sufrieron la ignorancia y algunas veces el desprecio de los vencedores. No sólo eludieron el deber moral de derrocar la terrible dictadura franquista, sino que los eliminaron de sus relatos despreciando su sacrificio en aras de no aparecer como traidores a los ojos de sus ciudadanos.

Mucha gente, en España, desconoce la participación de sus compatriotas en la lucha contra el fascismo. La llevada a cabo tras la primera batalla, la batalla que viene a llamarse Guerra Civil Española y que sólo es el primer episodio de una década decisiva en la defensa de la democracia. Es bueno que las nuevas generaciones sepan esto y no lo olviden. Y que cuando vean una película de la Segunda Guerra Mundial sepan con quién iba España en ese momento y cómo muchos de sus ciudadanos continuaban la lucha a pesar de haber sido derrotados en 1939.

lunes, 4 de enero de 2010

El hombre que enganó a los Nazis

La complicidad de Franco con los alemanes fue mucho más allá de la inicial "no beligerancia". A pesar de no interferir con los desembarcos angloamericanos en el Norte de África, continuó prestando apoyo  a los nazis.
Los aliados lo sabían y no dudaron en usar esa estrecha colaboración para crear un engaño ante el inminente asalto a Sicilia. Este reportaje habla de cómo lo consiguieron. Vale la pena verlo.











martes, 22 de diciembre de 2009

La traición de Munich

El 30 de septiembre de 1938 se consumaba una de las ignominias más estúpidas de la Historia. Francia e Inglaterra se doblegaban ante Hitler por cuarta vez y le dejaban las manos libres para desmembrar Checoslovaquia.
La primera fue cuando ordenó el servicio militar obligatorio, la segunda a ocupar la zona desmilitarizada de Renania y la tercera al invadir Austria.
Esta vez parecía que las cosas iban a ir diferente. Checoslovaquia estaba dispuesta a resistir a la invasión como España hacía ya dos años que resistía al Fascismo. Pero en lugar de plantar cara y enfrentarse al expansionismo nazi decidieron pactar un ignominioso acuerdo y dejar a su aliado (y también a España) literalmente en pelotas.
La cuestión empezó a plantearse tras la anexión de Austria. En el norte de Checoslovaquia existía una zona poblada en su mayoría por alemanes: Los Sudetes. El Pacto de Versalles había dejado esta región dentro de las fronteras de Checoslovaquia.
El Partido Alemán de los Sujetes dirigido por Konrad Henlein había obtenido un gran resultado entre la población alemana de esa zona. Y en coordinación con el gobierno nazi empezó a reclamar la anexión al Reich. Hitler se erigió en defensor de esta postura y puso en alerta a todo su ejército.
La reacción del gobierno checoeslovaco fue buscar apoyos. Francia y Rusia hicieron tímidos acercamientos. Francia era reticente a cumplir su pacto con Checoslovaquia, pero la URRS se ofreció a intervenir incluso yendo más allá de sus obligaciones.
La crisis se fue agudizando y la postura alemana haciéndose cada vez más firme. Finalmente, cuando todo indicaba la inminencia del conflicto Francia e Inglaterra claudicaron ante Hitler y obligaron a Checoslovaquia a ceder 30.000 Km2. Chamberlain y Daladier Primer ministro inglés y presidente del gobierno francés respectivamente  se erigieron en defensores de la Paz, pero sólo se comportaron de forma claudicante frente a la agresión nazi. Su temor al comunismo y a la URRS, el mismo temor que les había impedido auxiliar a la República les obligó a arrodillarse ante el Fascismo.
Como consecuencia Hitler salió reforzado tanto interna (muchos altos oficiales de la Wehrmacht dudaban de la postura de su líder) como externamente. La URRS vio en las democracias unos aliados muy poco de fiar y decidió pactar con Alemania. La República se encontró aún más sola que antes y terminó por rendirse, dejando un peligroso aliado del fascismo al sur de Francia. Las palabras de Wiston Churchill pronunciadas en la Cámara del 5 de octubre de 1938  fueron claras y contundentes: “Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor, y ahora tendréis la guerra”.
Los Sudetes fueron ocupados militarmente entre el 1 y el 10 de Octubre. El resto de Checoslovaquia en marzo de 1939. El 1 de Abril se rendía el Ejército de la República. En Agosto se firmaba el pacto germano-soviético y el 1 de septiembre Alemania invadía Polonia.
Lo peor de todo esto es la inutilidad y la estupidez de los dirigentes democráticos. Porque  Alemania no estaba preparada para la guerra. Sólo un éxito total en pocos días hubiera podido impedir la catástrofe. Los aliados eran muy superiores en armamento y tropas, Checoslovaquia podía resistir el embate de todas las fuerzas alemanas por lo menos un mes. Tiempo más que suficiente para completar la movilización de Francia e Inglaterra. Eso sin contar con un apoyo inmediato de la URRS, dispuesta a aceptar la oportunidad de tumbar el nazismo. En 1938 (y también en 1939) el Reich estaba en franca desventaja, sólo la cobardía y la inoperancia de los gobiernos occidentales permitieron las victorias de 1939 y 1940.
Cuando se estudian los pactos de Munich no se tiene en cuenta a la República Española. Esto es consecuencia de un interés en desligar la Segunda Guerra Mundial de la Guerra Civil. Pero además del futuro de Checoslovaquia se selló el de España (y por cuarenta años). Durante las negociaciones Inglaterra e Italia pactaron la retirada de las tropas italianas que estaban luchando con Franco a cambio de reconocer la beligerancia de la España Fascista.
Otro pacto ilusorio porque Italia no permaneció neutral tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial y el poder de Inglaterra en el Mediterráneo se vio amenazado a partir de 1940. Conclusión: Cambiaron un aliado incondicional por un adversario taimado cuyo objetivo era dar la patada en cuanto tuviera ocasión.
Aquí tenéis un magnífico reportaje del Canal Historia. Por si queréis ampliar. 





lunes, 26 de octubre de 2009

Juan Negrín


Hace unos días el PSOE entregó de forma póstuma el carnet de militante a Juan Negrín. Con este acto reparaba la terrible injusticia cometida en 1946 cuando lo expulsaron del partido.
El médico madrileño que llegó a Jefe de Gobierno fue junto a Vicente Rojo el artífice de un milagro. Él y todo su grupo de asesores (algunos de ellos comunistas e incluso soviéticos) consiguieron resistir dos años más de la cuenta el embate de un ejército fascista dotado con las mejores armas de época y respaldado por dos potencias mundiales.
Su grito “Resistir es vencer” quedó enterrado por la derrota el 1 de Abril de 1939, pero no tardaría en resucitar después en Junio de 1940 de los labios de un general francés llamado Charles Dagualle. Porque señores resistencia es lo que hizo una República sitiada y abandonada por las democracias.
Si la resistencia francesa es más famosa que la española es por el triste e ignominioso papel de los Aliados en 1945. Cuando pudiendo derrotar al Franco en dos semanas se abstuvieron primero para después respaldar su régimen.
Juan Negrín impuso la disciplina por encima de las ambiciones revolucionarias de muchas. Había una guerra y había que ganarla. La interpretación romántica de la Guerra de España lo convirtió en un ogro, un aguafiestas. Pero si los proyectos anarquistas o troskistas hubieran seguido adelante Franco hubiese entrado en Madrid en Junio de 1937 sin encontrar a penas resistencia.
También se le acusó de vendepatrías al aliarse con la URRS. Esto, gracias a Dios, ha sido desmentido por Ángel Viñas en “El honor de la República”.
El homenaje llega tarde, pero sea bienvenido. Negrín tenía razón, estuvo a puto de ganar la apuesta en septiembre de 1938 cuando parecía que se iba a desatar la Segunda Guerra Mundial por Checoslovaquia. Sin embargo la enésima traición de las potencia democráticas dieron al traste con su estrategia y al final La República sucumbió al poder fascista. Tan sólo seis meses después del famoso “Cautivo y desarmado…” Hitler invadía Polonia y Europa se convertía en el campo de batalla entre la democracia y el fascismo.
Francia e Inglaterra pagaron muy caro no aplastar el nazismo en España cuando era aún vulnerable. Pero sería Wiston Churchill, quien lo iba a decir, quien parafrasearía mejor a “Degaulle español” en su famoso discurso de 4 de junio de 1940:

“Aunque grandes extensiones de Europa y muchos antiguos y conocidos Estados hayan caído o puedan caer en el puño de la Gestapo y de todo el aparato odioso del dominio nazi, no flaquearemos ni desfalleceremos. Seguiremos hasta el final. Combatiremos en Francia. Combatiremos en los mares y en los océanos. Combatiremos con fuerza y confianza crecientes en el aire. Debemos defender nuestra isla, cueste lo que cueste. Lucharemos en las playas, lucharemos en las pistas de aterrizaje, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas, pero no nos rendiremos Jamás.”

Este tuvo más suerte.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Ataque a Polonia


El día 1 de Septiembre el Ejército Alemán lanzaba una ofensiva para invadir Polonia. El día 2 Francia e Inglaterra daban un ultimátum y el día 3, ante la ignorancia del gobierno Nazi, declaraban la guerra a Alemania.
La historiografía oficial considera este día el de inicio de la Segunda Guerra Mundial. Pero si consideramos este conflicto como la lucha de las democracias y sus aliados contra el fascismo, la guerra había empezado mucho antes.
Porque el primer país europeo que se enfrentó a la amenaza nazi-fascista fue España.
La Guerra que empezó el 18 de Julio de 1936 no fue una simple guerra civil. En dos meses se convirtió internacionalizó y si no se convirtió en mundial fue por cobardía y falso cálculo de las democracias occidentales.
Antes de morir Franklin Delano Roussevelt, presidente de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, expresió: “Uno de los peores errores que he cometido es no auxiliar a la República Española”.
Efectivamente, las democracias debían haber ayudado a la República. Pero no únicamente por afinidad ideológica, que también, sino por puro cálculo e interés. La Alemania de 1937 estaba peor preparada que la de 1939, tenía una marina precaria, una aviación incipiente y sus blindados dejaban mucho que desear. Francia contaba con un ejército muy superior en hombres e Inglaterra tenía la mejor marina y la mejor aviación del mundo.
El enfrentamiento con una Alemania belicosa y expansionista era inevitable. Los sectores más conservadores de Francia y Alemania veían a Franco, a Hitler y a Mussolini como baluartes contra el comunismo. Esta idea estuvo también detrás de no apoyar a la República. Pero como pasa muchas veces en la Historia el cálculo era erróneo, en Agosto las dos potencias totalitarias Alemania y la URRS firmaron el pacto de no agresión y el reparto de Polonia.
Las potencias occidentales se encontraron solas contra la máquina nazi y perecieron en el combate. Sólo la demencia de Adolf Hitler y su decisión de invadir Rusia, además de la entrada de Estados Unidos, las salvaron de la derrota total.
Es una lección, a la bestia hay que matarla cuando es pequeña. Sobretodo si ataca a tu vecino.

jueves, 3 de abril de 2008

Primavera sangrienta

Si algo simboliza la barbarie de la Guerra Civil Española es el bombardeo de Guernika. Ser el primer pueblo totalmente arrasado por un ataque aéreo y haber sido inmortalizado por la mano de Picasso, ha convertido esta acción bélica en un referente cuando se habla de capacidad de destrucción del ser humano.
Sin embargo no fue esta la única plaza republicana castigada por ataques aéreos indiscriminados. Madrid, Bilbao y Santender se añadieron a la lista en los meses sucesivos. La aviación franquista, reforzada continuamente por la aportación de Alemania e Italia incrementó su poder destructivo de forma exponencial.
El 16 de marzo de 1938 la flota aérea italiana situada en la isla de Mallorca recibió una orden directa de Mussolini: “Comenzar desde esta noche una acción directa sobre Barcelona con martilleo constante pero diluido en el tiempo.
Por primera vez en toda la guerra se iba a usar el bomabardeo constante como una forma de crear caos y desconcierto en la retaguardia enemiga. Había habido ataques aéreos de represalia en Madrid y para ayudar al avance en Bilbao y Santander, pero esta vez sólo se buscaba el desmoronamiento de la resistencia ciudadana.
Entre los días 16,17 y 18 de marzo se soltaron sobre el la Ciudad Condal 44 toneladas de bombas causando 875 muertos (118 niños) y 2000 heridos. Los ataques se cebaron en barrios obreros y centros administrativos. Monumentos religiosos y casas de las zonas más adineradas fueron evitados a toda costa.
Pero Barcelona tenía una arma secreta: Ramon Parera, el jefe de la Defensa Civil. Desde el principio de la guerra había emprendido un plan de construcción de refugios subterráneos. Junto con asociaciones de la sociedad civil como ateneos, grupos de vecinos, corales y comisiones de fiestas se logró construir en pocos días un total de 1200 refugios antiaéreos.

En la foto aérea puede verse una tremenda explosión en la Gran Vía, casi a la altura de la calle Balmes. Se llama la bomba del Coliseum porque este teatro estaba muy cerca. Los aviones italianos tocaron un camión cargado de explosivos que circulaba por dicha avenida.

En toda Cataluña se construyeron más de 2000 refugios, de los cuales a penas 100 fueron obra directa de la Generalitat o los ayuntamientos, el resto eran de iniciativa popular. Pero todas las construcciones se hicieron bajo la supervisión de la Defensa Civil. Esta red de seguridad consiguió minimizar mucho las pérdidas humanas de aquella campaña aérea.
El martirio de Barcelona llegó más allá de las fronteras republicanas. En Francia e Inglaterra se organizaron campañas de protesta. Pero junto a la solidad de los demócratas se fue imponiendo también un sentimiento de admiración. A pesar del acoso constante – durante esos días hubo bombardeos ¡cada tres horas! - la moral de la población a penas se resistió. No hubo protestas, ni motines, ni rebeliones. La campaña aérea fascista fue un fracaso en este sentido.
El ejemplo de Barcelona llegó a ser tan importante que en una sesión plenaria del Parlamento Británico, durante la peor fase del Blitz alemán sobre Londres, el propio primer ministro, Wiston Churtchil, pronunció las siguientes palabras: “ No negaré la dureza de la prueba que nos espera, pero creo que nuestros ciudadanos demostrarán que son capaces de superarla como hicieron los valientes ciudadanos de Barcelona.”
Inglaterra, a pesar de tener la posibilidad de utilizar los servicios de Ramón Parera – que se encontraba exiliado en la isla – no lo hizo. El encargado de la Defensa Civil era un aristócrata más preocupado por evitar posibles conspiraciones comunistas que por salvaguardar la vida de sus conciudadanos. Pero eso es otra historia.
Muchos de los datos de este post han sido obtenidos del extraordinario reportaje dirigido por Montse Armengou “Ramón Parera, l'home que va salvar Barcelona”. No se si alguna televisión de habla hispana lo ha emitido, pero no es así es una lástima. Si tenéis la oportunidad de verlo, no lo dudéis.
Más información aquí: http://www.tv3.cat/60minuts/2007/071030.html